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Recordemos a José Guadalupe Posada



Posada recrea en sus obras la vida cotidiana de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, ambientes de pulquerías, cafeterías, así como algunas ilustraciones de recetarios de la época.


Extraordinario dibujante y grabador que nació en Aguascalientes en 1852, José Guadalupe parte del extraordinario grabado de “La Catrina”, inspiración que da para realizar grandes obras de la vida cotidiana, donde plasma su critica abiertamente a la sociedad alta y expresa la injusticia que vive la clase baja.
Desde el inicio de la Revolución Mexicana en 1910 hasta su muerte en el año de 1913, laboró arduamente en la prensa dirigida a los trabajadores. Sus primeros trabajos los realizó en talleres e imprentas pequeñas, que le brindaron la posibilidad de desarrollar su destreza artística como dibujante, grabador y litógrafo; por esos tiempos, realizó ilustraciones satíricas que se publicaron en la revista El Jicote. Fue crítico del gobierno de Francisco I. Madero y de las campañas realizadas por Emiliano Zapata.

Una vez que José Guadalupe Posada tenía perfectamente desarrollado el dibujo sarcástico, se ve obligado a abandonar Aguascalientes; parte a la ciudad de Guanajuato y ahí continua elaborando grabados e imparte clases en una secundaria como maestro de litografía.

A los 35 años de edad, llega a la Ciudad de México, donde se vive una vida llena de entretenimiento y gozo, la clase alta gozaba de asistir a restaurantes y cafés de corte francés; cantinas  y teatros de revista. Para entonces ya varios de estos negocios le encargaban carteles.

Posada también incluyó los placeres gastronómicos en sus grabados: en “La Cafetera”, es un esqueleto despachando café, con una botella de vino y dos copas, grabado que muestra las cafeterías de antaño, tal vez en los viejos portales del centro o de las cafeterías de la época porfirista.
Algunas de sus obras forman parte de la gastronomía mexicana, José Guadalupe Posada realizó las portadas de una serie de recetarios dentro del taller de ilustración Antonio Venegas Arroyo, con quien trabajo obras como “El Dulcero Mexicano” y “La Cocina en el Bolsillo”, pequeños cuadernillos con una serie de recetas de la época e ilustraciones de diversas actividades que la mujer desempeñaba en la cocina.


Sus típicas calaveras mostraban al pueblo mexicano risas y burlas, sin temor a la muerte. Uno de los grabados más populares es donde muestra el ambiente de una pulquería, la música tradicional mexicana, con una serie de instrumentos, así como el clásico barril de pulque y la típica fritanguera, que era infaltable en estos lugares, ya que su papel era realizar sopes y quesadillas, con una salsa bien picosa, para que los parroquianos siguieran bebiendo el rico pulque y la gran variedad de curados.
Cada Día de Muertos, México recuerda a José Guadalupe Posada, por el gran aporte que dio a esta gran celebración mexicana y así recordar que la muerte también tiene alegrías, burlas, pero sobre todo mucho sazón.

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