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Batalla de sabores: gastronomía de Puebla

Puebla guarda en su gastronomía los ingredientes y sabores de antaño


Mosaico de sabores y de ingredientes, es lo que expone Puebla en su cocina tradicional, sin olvidar un pasado indígena con sus gorditas, el sabroso chileatole y su gran variedad de pipianes y dulces.


La gastronomía poblana guarda en sus espacios culinarios, la grandeza del mestizaje de una gran variedad de ingredientes, así como las raíces y hábitos de los otomíes, nahuas y totonacos, grupos autóctonos que ya consumían el cuitlacoche, el chileatole y las gorditas de maíz, llamadas tlaxcales.


Bernal Díaz del Castillo, en la Historia de la Verdadera Conquista de la Nueva España, explica que los totonacas procesaban un licor llamado yolispa, producto de 18 hierbas aromáticas que se producen en el Valle de Yohualichan. Cuya bebida actualmente se sigue elaborando en la sierra de Puebla, especialmente en Cuetzalan, donde desde tiempos prehispánicos elaboran una gran variedad de licores a base de hierbas curativas, que da la región.

Durante el siglo XVII, durante el paso de los conquistadores españoles, los conventos de monjas empezaron a llegar al país. Varios de estos se instalaron en el estado de Puebla.

Estos lugares de oración y reposo dieron a la cocina poblana toques de innovación y refinamiento de la que surge una cocina más marcada por el mestizaje de elementos europeos y locales. Las monjas aprovechaban la gran cantidad de productos que  genera la región, los cuales dan como resultado esa variedad de postres, dulces, pipianes y moles.




Entre sus platillos característicos están el mole, las chalupas estilo San Francisco, una gran variedad pipianes, chiles en nogada, tinga, las tradicionales semitas, una gran variedad de enchiladas, pellizcadas, el chileatole del barrio de Analco y la famosa sopa de almendra.
Otros de los platillos que han tomado son los nopales huehues con salsa roja, el guazmole de cabra y los frijoles con bolas de masa, nopal y epazote. Su panadería es extensa con su gran variedad de cocoles de anís y piloncillo, las pelucas, las pelonas y el pan de huevo.



Hasta la fecha Puebla mantiene en sus cocinas un gran acervo culinario, donde se siguen al pie de la letra las recetas tanto conventuales e indígenas de cada una de sus regiones.

¡Qué chula es Puebla! 



  

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