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¿Qué platillos hubo en la última cena?

Se sabe que pan y vino no faltaron, en la última cena de Jesús con sus discípulos, ¿pero que más degustaron esa noche?

Leonardo da Vinci sintió al realizar esta obra pictórica una auténtica pasión por la cocina. Una de sus obras maestras, “La última cena”, gira en torno de un tema gastronómico, tema que también era la pasión del artista.

Leonardo da Vinci era un genio del renacimiento culinario, sin duda uno de los más grandes ejemplos es esta obra religiosa, donde plasma algunos alimentos de la época.
Da Vinci creció entre la ambigüedad que significa vivir en dos hogares: el de la pintura y el de la cocina. Hay datos de que este gran pintor trabajó sirviendo comidas en la famosa taberna de “Los Tres Caracoles”, localizada junto al Ponte Vechio, en Florencia y muestra de ello fueron sus inventos como el sacacorchos y un asador.

La última cena es la reunión, que supuso el comienzo de la Pasión y Muerte de Cristo, se celebró, según los Evangelios sinópticos –los de Mateo, Marcos y Lucas-, al atardecer del primer día de los ácimos, esto es, el primero de la semana en que debía comerse pan hecho sin levadura en la mesa o ácimo.

En el Pésaje o Pascua judía, que es la fiesta más importante de la tradición hebrea, este pueblo recuerda la salida y liberación de Egipto, y el pan que se emplea en ella es ácimo porque en la huida los israelitas no tuvieron tiempo de hacerlo con levadura.


Hasta la fecha la hostia que emplea la Iglesia Católica en la celebración de la Eucaristía es pan ácimo de harina de trigo, y tiene origen en la masa que emplean los judíos en la celebración del pésaje.

En la mesa de la última cena hubo vino y pan, producto de la vid, en palabras de Cristo, esto significo que pasó a ser su propia sangre, “la de la Alianza, que va a ser derramada por todos, para el perdón de los pecados”. El vino también significaba mucho, ya que Jesús menciono: “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento mío que no da fruto la corta; y todo el que da fruto lo poda, para que dé más todavía”, dijo Jesucristo a sus discípulos.

Se sabe en esta época otro alimento indispensable en esta festividad era el cordero y hay quien dice que también disfrutaron de un cordero los apóstoles. Este animalito se comía recién sacrificado y se cocinaba entero.

En las últimas investigaciones por John Varriano que se hicieron de la última cena, obra de Da Vinci, muestra que los platos contienen anguilas asadas acompañadas de rodajas de naranja. Hay que recordar que parte de los apóstoles eran pescadores.

Lo que sí se puede afirmar es que la última cena de Jesús con sus discípulos instituye la Eucaristía, que es un sacramento fundamental de la Iglesia Católica.




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